viernes, 14 de agosto de 2009

Sweet World

Todos sabemos que en verano, a muchos nos cuesta no despertarnos por culpa del calor. Ali era una chica de estas, de las que se despiertan desesperadamente ahogándose del propio calor veranil. Eran pasadas las dos de la madrugada cuando se desveló. Bajó las escaleras de puntillas, para que nadie la escuchase y cogió un vasito de cristal lleno de agua por si volvía a tener sed más tarde. Volvió a acostarse pero para Ali, dormir ya era imposible. Así que, decidió coger su iPod e hincharse a música hasta dormirse. Le dio a la opción de reproducir por listas de reproducciones, hasta que llegó a una llamada Sweet World. Ali había creado esa carpeta para las ocasiones soñadoras, en las que podía perderse con su imaginación. Todas esas canciones hacían que se sintiera en una nube, llevándola a lugares infinitos de felicidad, volando por el cielo. Eran en su gran mayoria de su grupo favorito. Desde el instante en el que escuchaba el primer acorde de alguna de las canciones de ese grupo, sobrepasaba los límites de la realidad, corriendo a través de un enorme campo, el viento le daba de frente y su pelo se alborotaba; sensación de libertad, impulso de gritar. Adrenalina; corazón latiendo a mil por hora. Esa era una de las formas más felices que conocía. Poco más de una hora, Ali había vuelto a dormirse, gracias a su imaginación y a su música. Ella era dulce, y su mundo, también.